Viajar a Japón por libre: La llegada

Nuestro avión de Iberia salía puntual desde Madrid rumbo a Tokio. Y cuando vi el plan de vuelo en la pantalla de a bordo me emocioné. Volaríamos muy cerca del círculo polar ártico,…y yo crucé los dedos para que el cielo me regalara otra aurora boreal… como aquella que una vez me regaló cuando regresábamos de Canadá.

Tras algunas películas, comidas, cero turbulencias… atravesamos husos horarios, alcanzamos altas latitudes, y llegó la noche. Desde ese momento dejé subida la ventanilla y la esperé,…y cuando sobrevolamos el norte de Rusia, …¡¡la vi!! ☺.

Ella acudió a la cita ☺ Se mostraba más guapa, más intensa, tan verde que hacía resplandecer el fuselaje, las alas…Convirtió al avión en una superluciérnaga y a mi en una niña sonriente y ojiplática.

Esta vez pudimos disfrutar durante más tiempo de su compañía, hasta que poco a poco Ella se difuminó en la distancia… Y yo me quedé dando las gracias al sol y a la ionosfera, …y sonriendo al recordar nuestros billetes ya comprados para ir a Noruega a visitarla 😉

Sin incidencias, más comidas y películas, pasó el resto del vuelo … 14h y aterrizamos en el aeropuerto de Narita, llegamos a Japón-Plutón. La megápolis de Tokio nos esperaba.

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En el control de pasaportes hicimos nuestra primera cola de muchas. Todo fue rápido y eficiente, y tras escuchar el primer Kon’nichiwa y Arigato gozaimasu de tres millones que oiríamos, sentimos que comenzaba de verdad nuestra aventura nipona ☺ . Y nuestra primerísima misión era recoger el JRPass, ese super bono de trenes que es la llave de casi todos los vagones, y el mejor aliado para los turistas que recorren distintas zonas del país. Lo puedes comprar para una semana, dos, tres,… Te lo contaba aquí, en preparativos.

Buscamos las siglas JR en los carteles, y pese a que siempre serán de color verde, sabíamos que en el aeropuerto serían de color rojo, el verde al parecer aquí pertenece a otra compañía que se adelantó… Las indicaciones están en japonés y en inglés, no es complicado, y con facilidad encontramos el mostrador JR, y nuestra segunda cola.

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Fue un trámite algo más lento que el control de pasaportes, pero nada grave; tan solo entregar la orden de intercambio, rellenar el Pase con tus datos, esperar, y en unos minutos teníamos los dos JRPass, en nuestro caso de 21 días, activados para usar desde ya.

Una ventaja de activar el JRPass desde el principio es que facilita la salida del aeropuerto que se encuentra a unos 60 km de la ciudad de Tokio. Al recoger y activar el Pase te darán un asiento para el siguiente tren, Narita Express, y en menos de una hora llegarás a la capital. Si no tienes JRpass, o no lo quieres activar desde el comienzo del viaje, hay distintas formas de salir del aeropuerto de Narita sin pagar una fortuna. Puedes consultar aquí. Y si tu vuelo llega/sale del aeropuerto de Haneda, haz clic aquí.

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La segunda misión era conseguir yenes. En una de las muchas ventanillas cambiamos casi todos nuestros euros, y contentos con el buen cambio nos pusimos en marcha rumbo a la búsqueda de nuestro andén. Para saber el número de andén miramos la información de los paneles electrónicos que van alternando los kanjis con el inglés. Y para localizar nuestro vagón, buscamos las indicaciones marcadas en el suelo. Si pone que ahí para el vagón 5, ten por seguro que será justo ahí donde se detendrá el car nº 5. Detrás de esas marcas se establece la cola, solo hay que esperar al puntualísimo tren, subir y buscar el nº de tu asiento.

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Y así, nuestro primer silencioso trayecto en tren de tropecientos mil, resultó más fácil de lo imaginado. A bordo del Narita Express (N’EX), sentados en un cómodo vagón, con las maletas colocadas en prácticos compartimentos entre vagones, la ciudad más grande del mundo, comenzó a desfilar ante nuestros ojos.

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Tras un desfile de viviendas y cables a modo de bienvenida, en poco más de una hora, llegamos a la estación de Gotanda. Nos recibe un loco sonido de pirubirus, una marabunta de personas, olor a galletas… y cargados con nuestras maletas nos ponemos en marcha.

El hotel lo habíamos elegido concienzudamente cerca de la estación, y en apenas cinco minutos, llegamos a la recepción. Sabíamos que no podríamos hacer el check in, pero sí podríamos dejar el equipaje. Debía ser la una del medio día, y teníamos ganas y energías para comenzar a explorar la ciudad. La capital de Japón nos esperaba.

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Volvimos a la cercana estación y nos subimos en el primer metro de la línea Yamanote. Nos encontramos vagones silenciosos, donde está prohibido hablar por el móvil, donde nadie conversa y donde muchos duermen… Acompañados del silencio roto por los metálicos chucuchús, la megafonía que anuncia las paradas y los locos pirubirus que indican el cierre de puertas, vamos rumbo al distrito de Chiyoda. Sabíamos que los domingos, de 13 a 17-18h, las calles principales del típico y electrónico barrio de Akihabara están cortadas al tráfico. Es el día en el que los peatones conquistan el lugar, pasean, compran,…o recién aterrizan…

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Era rara y curiosa la sensación de estar plantados en mitad del asfalto de la amplia calle Chuo Dori. Creo que fue justo ahí, justo en ese momento y lugar, cuando sentimos que habíamos llegado a Japón, a Japón-Plutón.

Encontramos todo un sobrestímulo de edificios, kanjis y neones dormidos, miles de tiendas, frenéticos compradores, turistas… Había mucho ambiente, hacía agradable temperatura, cero jetlag… nos apetecía curiosear y estirar las piernas.

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Sin prisas, y con los ojos bien abiertos, comenzamos a deambular por Akihabara, Akiba para los amigos, el famoso barrio de la electrónica y del manga.

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Estábamos tan recién llegados que los ojos no sabían muy bien a donde mirar, se colapsaban… Sentía que no veía el 100% , no veía todo todo lo que me rodeaba… necesitaba mirar y remirar… y aún así sentía como las muchas novedades se escapaban por el rabillo del ojo…

Las calles principales rebosan de vida, de electrones y tecnología, aquí es posible encontrar el último modelo de cámara, ordenador, móvil, …relojes 2.0 …electrodomésticos… incluso piezas para construir robots.

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Además de ser un tecno paraíso, es también el paraíso de los fans del manga y el anime, los llamados otaku. Toda una cultura, repleta de subculturas, con un impacto económico anual brutal, de unos dos billones de yenes. Nos rodean decenas de tiendas especializadas, …de disfraces, de comics, temáticas cafeterías,…

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Al abandonar la calle principal, la tecnología 2.0 y el manga se diluyen, y pronto asoma la vieja alma del barrio. De repente aparecen puestos de frutas y verduras, encurtidos, especias …mezclados con curiosas tiendas que lucen en sus diminutos escaparates; microscopios y telescopios, antiguas cámaras,…chatarra electrónica, herramientas,…

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Y es que Akihabara es el barrio de la electrónica desde los años 40, cuando ya allí se vendían los componentes que facilitaban las comunicaciones inalámbricas con fines militares. Y a mi, me gustaba más aquella alma retro viejuna mezclada con calabacines gigantes.

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Nos dejamos arrastrar por la marea, comimos algo parecido a una salchicha rebozada con trocitos de patatas pegados, …cotilleamos los puestos…alguien vocifera a los cuatro vientos su mercancía, los carteles anuncian una exposición de Rubens…

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Y en algún momento tropezamos con el primer templo de cientos. Un templo tan diminuto y discreto que no viene ni en las guías, pero que fue donde nosotros olimos los primeros inciensos del viaje.

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Al bajar las escaleras, la corriente humana nos arrastra de nuevo y desembocamos en la calle principal. Regresamos al mundo del ocio, de la tecnología, del comic,… cuando una joven chica disfrazada de clásica sirvienta afrancesada, nos sonríe con sus dientes caóticos, y nos ofrece un papel con publicidad del lugar donde trabaja; ella fue la primera maid que vimos.

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Las maids son las jóvenes camareras de unos típicos bares temáticos llamados maids cafe, que nacieron en el año 2000 en Japón. Tienen la particularidad de ir disfrazadas de cosplays, que es como se llama a los personajes de series animes y comics manga. Abundan las criadas con faldas cortas, enaguas, calcetines-medias, cofia, …pero dependiendo de la temática del café, también hay maids lolitas, militares, colegialas, enfermeras,…

Observar estos cafés a través de ojos caucásicos choca, y a ratos confunde, pero para los japoneses, son simplemente cafés temáticos donde comer, beber y pasar un rato de ocio en una especie de realidad paralela o mundo de fantasía.

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La idea se ha exportado, con más o menos éxito, a otros países como Canadá, Estados Unidos, Francia, Australia, Hungría, República Checa, México… China, Corea del Sur, Taiwán, Tailandia. Pero por lo que he leído, la idea no acaba de convencer del todo en occidente.

No hay ningún tipo de servicio sexual, está prohibido tocarlas, pedirles el nº de teléfono o el mail… son inaccesibles y solo sirven comidas y bebidas de manera algo particular y ñoña. Al parecer en su interior se paga algo más por un té, o cerveza, o un menú decorado con corazones y ositos,… Hay muchas sonrisas, se juega con ellas a piedra-papel-tijeras, se canta y baila, …te pueden contar un cuento,… y los clientes consumen y se lo pasan bien, que al parecer de eso trata el asunto.

Nosotros ni nos planteamos entrar. Pero hay fans del mundo anime que quieren visitarlos, hay quien lo prueba y aguanta solo cinco minutos, otros se divierten, muchos se sienten descolocados… hay quien lo ve una experiencia curiosa… También hay quienes lo consideran un trabajo desagradable, denigrante, que roza la pedofilia… y que es como un trampolín a la prostitución…

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Los usuarios de estos cafés de temática cosplay son principalmente hombres, algunos son clientes muy habituales, pero también hay mujeres, y son bien recibidos l@s turistas. El equivalente para el público femenino es el café de mayordomos, son locales mucho menos conocidos y numerosos, pero también existen, …y es tan alta la demanda que hay que reservar con semanas de antelación.

Al parecer, alrededor de este mundo de maids y mayordomos acaba creándose todo un mundo de marketing y merchandaising, y son muchos los que se convierten en auténticos ídolos musicales, hacen conciertos, giras… tienen clubs de fans,…

Por lo que leí, sé que también existen maids cafe exclusivos para mayores de edad. En ellos el suelo es de oportuno espejo,… y aquí las chicas pueden darte un masaje de pies, o un bofetónhostia… si así se lo pides.

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Intentando calcular la edad real de las jóvenes chicas y dándolo por imposible, continuamos aquel paseo entre estímulos visuales, olfativos, y sonoros, muy sonoros. En cada esquina suenan altavoces, pantallas, música, ortopédicos megáfonos…y el ruido endemoniado de las llamadas salas pachinko. Aquella tarde pronto tropezamos con el primer Pachinko Hall de miles.

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El pachinko es el juego de azar con más seguidores en Japón, se juega en las omnipresentes salas recreativas que funcionan a modo de casino legal. El juego es un híbrido del clásico pinball fusionado con una máquina tragaperras. Los jugadores cambian dinero por bolitas de acero y juegan como si no hubiera un mañana.

Son una curiosa forma de burlar la ley que prohíbe el juego con dinero. Es legal porque los premios no son en metálico, las bolitas ganadas se canjean por premios más o menos útiles/inútiles…; un mechero, un juguete, un par de medias, un pequeño electrodoméstico,… Te puedes quedar con el premio ganado o lo puedes vender en tiendas que “casualmente” se dedican a ello, y que “casualmente” se encuentran justo al lado de estas salas.

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Aunque al parecer el nº de aficionados a jugar al pachinko desciende,…también apuestan en las carreras de caballos, de motos, de bicicletas y hasta de lanchas.

Hay tantos salones, son tan llamativos con su luciferío y escandalera infernal de máquinas sonando desfasadas y al unísono…que una se pregunta pronto ¿cómo andan en Japón de ludopatía?… Pues dicen las matemáticas que hay unas doce mil salas de juegos como estas que mueven casi 19 billones, con b, de yenes. Al parecer en 2014 un 5% de la población, más de cinco millones, eran adictos al juego. Unas cifras muy elevadas si se compara con el 1% de ludopatía en otros países…o si lo comparamos con el alcoholismo, que afecta a un millón de japoneses.

Sin duda, tratar las adicciones siempre es complicado, pero en una sociedad como la nipona quizás aún más. Dicen que es muy difícil que un japonés reconozca un problema que se supone que afectaría a la honra y honor de su familia. Esto hace que sean muy pocos quienes solicitan ayuda para superar problemas de adicciones…depresión, ansiedad, fobias y filias…

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Asomé la nariz a uno de estos salones, y si el infierno existe debe tener el sonido ambiental de un pachinko. Aquello superaba a los Halls que vi en las Vegas, donde al menos los espacios eran tamaño XL. Aquí había demasiados decibelios encerrados, concentrados y “reververados” en un lugar tan ahumado, como claustrofóbico. Mucho me temo,… que a estos ludópatas en cuestión, ¿pachinkeros?,… deben distinguirlos por su sordera… ☹

Diría que apuestas y ludopatías a parte, en muchos barrios del país, se palpa un ambiente muy lúdico. Hay muchas sedes de marcas de videojuegos, abarrotados Pinballs, clásicos salones recreativos, …máquinas que escupen bolas de plástico que contienen miniregalos,… o las clásicas armadas de pinzas para atrapar peluches, juguetes,… Sin duda el azar, la sorpresa, y el juego… asoman por todas partes.

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Las máquinas de bolas se llaman gashapon por el sonido que hacen y las de pinzas se conocen como ufo catcher.

Sabía que en algún momento podríamos cruzarnos con los también lúdicos coches de Mario Kart, y en una esquina cualquiera, aparecieron. Es una actividad guiada que muchos turistas contratan para conducir un kart en caravana y ver la ciudad desde una perspectiva diferente. Había leído que el alto número de accidentes de estos monoplazas, pusieron en juego esta actividad turística. Pero desde 2017 están obligados a llevar airbag y cinturón de seguridad, y no descartan en un futuro la obligatoriedad del casco y ampliar las normas.

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Son miles los karts que pululan por la ciudad…

Hay distintos barrios y zonas donde puedes contratar la excursión, con diferentes recorridos y duraciones. Ronda los cincuenta euros, si quieres hasta te puedes disfrazar de los personajes de Nintendo. En Tripadvisor encontraréis opiniones de clientes y las empresas que ofertan la actividad, algunas suelen ofrecer descuentos si la publicitáis en vuestras Redes Sociales.

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De vez en cuando, nos adentrábamos por alguna tranquila calle perpendicular y nos encontramos pequeños bares y restaurantes preparándose para la cena. Recuerdo que en una de ellas fue donde vi a un señor de rodillas, frotando la línea blanca de la carretera que quedaba casi enfrente de la puerta de su modesto local…

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Seguramente habrás escuchado que Japón es un país muy limpio. Pese a la ausencia de papeleras y contenedores de basura, todo está impoluto gracias a la colaboración de todos con todos. Los ciudadanos por una cuestión de educación no ensucian un espacio que es compartido con todos los demás, tienden a limpiar las puertas de sus negocios, reciclan, llevan mascarillas para no contagiar, no cogen lo que no es suyo…

Confieso que en ocasiones remiré con ojos de maruja para intentar ver si tanta pulcritud era realidad o mito. Y con ojos marujiles alguna basura puntual sí que encontré, … incluso diría que la diferente ciudad de Osaka me pareció algo sucia… Pero, sin duda, se puede decir que todo Plutón está impecable ☺ gracias a sus civilizados habitantes. Realmente la mucha seguridad y la limpieza de este “otro planeta”, son envidiables y asombrosas.

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Caminando entre callejones llegamos hasta Okachimachi , y nos asomamos al mercado de Ameyoko, una vieja calle comercial donde antiguamente se encontraban el mercado negro de productos americanos después de la II Guerra Mundial y las tiendas de golosinas. Hoy en ella continua el consumo y está plagada de bolsos, cosméticos, pescado seco, …caquis…

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Atardecería pronto, cosas del otoño. Así que pusimos rumbo a nuestro siguiente destino, que resultó ser, lo que yo llamo, “unpaná” muy grande ☺ . Queríamos ver el jardín Rikugien iluminado por la tarde-noche, pero aún no había llegado el otoño, y no estaba la especial iluminación nocturna operativa. Aunque llevábamos los horarios anotados, ya os comenté que las fechas del momiji pueden cambiar ligeramente, y nos lo encontramos fuera de juego. Lo dejamos en la recámara por si en otro momento nos apetecía, callejeamos un poco por sus alrededores, y retomamos el plan de volver a Akiba Electricty Town para verlo ahora de noche, en modo neón On.

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Porque el electrónico barrio de Akihabara, hay que intentar verlo de día y de noche. Con el regreso del tráfico y con los miles de neones despiertos,…el lugar cambia, parece otro.

Aunque no seamos muy tecnológicos ni frikis, es uno de los principales barrios marcianos de Tokio, y es una visita casi obligada.
Para información más detallada sobre las principales tiendas, como Laox, Camara Yodabashi, Gamers… sobre Gundam cafe, …te dejo aquí este práctico enlace donde podrás ampliar la información, consultar horarios, formas de llegar…

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La noche nos muestra la fauna nocturna. Las maids se multiplican y son ahora un ejército, el tráfico lo acelera todo, la vida corre,… Disfrutamos un rato del nuevo pulso, y después de unas 35 horas despiertos y danzando, buscamos nuestra aliada línea Yamanote incluida en el JRPass… y pusimos rumbo al hotel.

Nada mejor que cenar y estrenar el tradicional baño japonés para acabar aquel primer día infinito y molón 🙂 Un día repleto de luces, de las luces mágicas de doña Aurora, y de los vibrantes neones del muy galáctico barrio de Akihabara.

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Haz clic aquí y Te cuento más…


12 respuestas a “Viajar a Japón por libre: La llegada

  1. Con cuánto mimo y detalles nos preparas los post! Tú quieres vernos en Japón!!
    Se agradece, una auténtica maravillla. Me he sentido por un momento paseando por ese mundo plutónico tan distinto.
    Vaya suerte tienes con Aurora!!

    Besitos a miles y gracias por compartir 😀

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    1. Eso es cierto compañera linda 🙂 le pongo mucho cariño y cuidado a los posts 🙂 …me alegra que te haya gustado el paseo plutónico 🙂 electrónico 😉
      Uich con doña Aurori Mari tengo mucha suerte y un idilio 🙂 … ahora ando escribiendo el post de Noruega 🙂 aún la siento a flor de piel 😉 muy suertuda sí 😀
      Mil GRACIAS a ti por estar cerquita. Un abrazo enorme y muchos besitos!!

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  2. Wowwwwww, debe ser una maravilla Japón, a mí la verdad es que no me llama la atención a simple vista, pero estoy seguro que leyéndote, me apasionaría una vez allí. Y eso de ver auroras boreales desde un avión…..FASCINANTE, INCREÍBLE Y DE ESCÁNDALO, no me lo puedo ni imaginar semejante belleza, qué suerte poseesssss, un abrazote pa mi sur desde mi norte, porqué no decirlo. 🙂

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    1. 🙂 es un país que una vez allí no te dejará indiferente 🙂 podrá enamorar más o menos porque cada uno es cada uno… pero el mucho contraste y el mogollón de tradiciones…la gastronomía, los mil museos diferentes, arquitectura…hacen que sea un destino bastante completito.
      Lo de ver a doña Aurori desde el avión 🙂 es una pasada, es tan guapa 😉 Prometo fotitos de ella en su casa de Noruega 😉
      Mil gracias mi chico del Norte por estar cerquita. Te mando un abrazo sureño, grande y calentito.

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  3. Aunque lo suponía, tras leer con atención esta estupenda entrada, no me queda lugar a dudas de que Japón y Plutón tienen mucho en común, jajaja. Creo que me sentiría fuera de lugar rodeado de una cultura y costumbres tan distintas a las nuestras. Pero, a la vez, me sentiría fascinado. Cuando solía viajar con cierta frecuencia al extranjero y visitaba grandes y famosas ciudades, ante las expresiones de envidia de amigos y familiares, siempre les decía que lo que yo veía era lo mismo que ellos podían ver en un documental, que no necesitaban desplazarse tan lejos para disfrutar in situ del paisaje urbanístico de esas grandes urbes. Mi argumento no era del todo cierto, por supuesto, aunque mi falta de entusiasmo por tener que viajar solo y por trabajo, me impedía disfrutar de la experiencia. Todo este rollo vien a cuento de que también me aplicaba el cuento a Japón, pensando que seguramente no valía la pena ese largo y costoso viaje para ver lo que todos podemos ver en la pantalla. Pero leyendo tu detallada crónica me da la impresión de que estar en vivo y en directo en ese gigantesco plató compuesto con tal diversidad de actores y caracteres, debe ser, impresionante aunque también agobiante e incluso acomplejante.
    Lo de las «maids» me ha dejado intrigado, pues tiene toda la pinta de ser un reclamo con connotaciones sexuales. Eso de «jugar» con una mujer-niña o niña-mujer me parece más bien un juego erótico. Y que conste que no tengo nada en contra, solo me resulta chocante, como supongo que os resultó a vosotros.
    Me ha encatado esta visita guiada que nos has hecho. Y eso solo es el principio, jajaja.
    Un abrazo.

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    1. Que bueno trasladarte con mis letras un ratito a este fascinante planeta 😀 tengo ya comenzado un borrador de post sobre esta curiosa dicotomía, Japón-Plutón, 🙂 estuve pendiente a ella… a ver como queda.
      Quizás tantas y buenas imágenes del mundo… a veces nos pueden hacer pensar que no hace falta viajar al lugar… pero es un pensamiento erróneo, pues nada es comparable a una vivencia in situ en primera persona 🙂 Quizás las repetidas imágenes pueden a veces quitar/disminuir el factor sorpresa,… el impacto… pero la experiencia personal es imborrable cuando se vive. Y ajena cuando se visiona en algún medio… Faltan olores, colores, sabores,…vida… Estar en el cogollo del set 😉 lo cambia todo. Y éste, efectivamente, es un enorme plató algo marciano 🙂 a ratos mas agobiante que acomplejante 😉
      Sí lo de las maids es curioso,y chirriante …tengo también un borrador sobre Japón y el sexo. Al igual que ocurre con las salas de juego pachinkos…los nipones son unos artistas buscando resquicios a las leyes… se les da genial. Eso hace proliferar barrios rojos, ciertos locales donde cumplir variopintas fantasías eróticas… También en lo sexual es un poco plutónico el país 🙂 jajaja os iré contando.
      Me alegra mucho que te haya gustado el comienzo electrónico de la aventura 🙂 ahora sí que sí 🙂 estamos en Plutón 😉 Un abrazo grande compañero, mil gracias por pasear conmigo.

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  4. Menudo viajecito de 14 horas… yo el más largo que hice fue de 11 horas y ya le llegó. Me dejas alucinada de que no hayáis padecido el temible jetlag. Y esa señora Aurora que nunca se te escapa… qué mágica debe de ser y desde un avión seguro que es casi como encuentros en la tercera fase.
    Creo que esa parte de Japón es la que menos gracia me hace aunque si escarbas lo suficiente siempre terminas por encontrarle su «je ne sais quoi». La parte Manga y tecnológica no me atrae demasiado. Lo de las maids ya lo había visto por la tele aunque la verdad es que ya no lo recordaba pero no deja de ser extraño y hasta enfermizo desde el punto de vista occidental. Desde que me he enamorado de Haruki Murakami, me he dado cuenta de la extraña vida sexual que tienen en ese país y nosotros a su lado somos marcianos… o lo son ellos. bueno ellos son plutonianos o plutonitas o como se diga eso 🙂
    Lo de la limpieza de las calles mola aunque parece algo exagerado fregar la calle de rodillas 😀 😀
    Y lo de los karts con Mario incluido como aventurita puede ser curioso… hace años jugaba con mi hija pero debe tener un peligro que ni te cuento…
    Lo de ver las luces de las ciudades me encanta. Cuando viajaba, allá por el Pleistoceno, me encantaba subir a la torre o edificio más alto o muy alto hacia el anochecer y esperar desde arriba para ver cómo se iba encendiendo la ciudad, es una experiencia que me encantaba.
    En fin, que me he quedado alucinada no solo con los japoneses y sus costumbres sino también con vuestra resistencia física… ¿os habéis preparado en algún campo de entrenamiento de la NASA? 😀 😀
    Me quedo esperando la próxima entrega con los ojos muy abiertos preparada para lo inesperado. Un besote Plutonita maifrén.

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    1. Hoy día, las 14h se pasan más rápido con el mucho entretenimiento a bordo 🙂 y buscando auroras por la ventanilla 😀 jajaja… esta última sí que tuvo mucho de encuentro en la tercera fase 😀 muy galáctica toda ella.
      Lo del jet lag es un misterio 😀 lo tendremos que consultar con la NASA 😀 jajaja para allá no tuvimos nada….y sin embargo a la vuelta tuvimos un redoble de jet lag 😀 ración doble jajaja y demoledora 😀 que sumada al acumulo de Km caminados hizo que estuviéramos ko una semana 😀 jaja
      Pues sí compañera, el sexo allí es tan bien algo plutónico 🙂 como le decía al compañero Josep, los nipones son unos artistas buscando resquicios legales… y eso hace que proliferen variopintos locales donde dar rienda suelta a fantasías eróticas festivas. Tengo un borrador de Japón y el sexo comenzado, si me queda interesante lo compartiré por aquí.
      Aunque no nos mole el manga, ni el mundo de la electrónica, Akiba es quizás uno de los barrios más plutónico, con más solera marciana…y sus tangentes y paralelas calles terrícolas son perfectas para escarbar 😉
      No vimos a muchos locales fregando de rodillas 😀 pero sí muchos limpiando sus propias puertas de los negocios,… jardineros agachados recogiendo hojas una a una entre cantos rodados incómodos de barrer…o limpiando el musgo de los jardines con cariño… Limpian bastante concienzudamente 😉 y sobre todo apenas ensucian 😉 Aquello de no es más limpio, el que más limpia,…si no el que menos ensucia se cumple en Plutón.
      En Japón tendrás muchos miradores para disfrutar de la hora azul y del encendido de la ciudad desde las alturas 🙂 y por supuesto ya sabes que tendrás una arquitectura fascinante 😉 que te dejará mucho mejor sabor de boca que esta marciana y curiosa sopa de neones y electrones.
      Mil gracias por pasear conmigo mi linda maifrén 🙂 te mando un abrazo enorme y sabático…y ve pensando que libro de Haruki Murakami me recetarías 😉 Besitos plutónicos!

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